Vienen en mil colores y formas exhibiéndose como la solución para que nuestras guaguas den sus primeros pasos o incluso tengamos tiempo libre mientras juegan, pero la realidad es muy diferente cuando conocemos todos los escenarios.
Los andadores a pesar de tener una forma inocente involucran riesgos para nuestros bebés a nivel psicomotor durante su desarrollo, estructural integrando alteraciones ortopédicas a futuro y circunstanciales como caídas, ingesta de objetos extraños y alcance a zonas peligrosas.
Incluso hace más de 10 años Brasil y Canadá prohibieron la fabricación, importación y venta de andaderas para cuidar la seguridad de sus niños basándose principalmente en estudios científicos.
Y aunque parezcan perfectas para fortalecer las piernas de nuestros bebés de un salto en otro inducen patrones de marcha erróneos, refuerzan reflejos primitivos e inician la aparición de alteraciones en articulaciones de miembros inferiores.
Por último pero no menos importante debes saber que más allá de estimular los andadores restan tiempo valioso para que tu bebé explore en el piso, conozca nuevas texturas y formas para desplazarse por su cuenta.
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